colombia o el deber de construir pazo a pazo
Este proyecto comenzó el 2 de octubre del 2016, pocas horas luego de ser revelados los resultados del plebiscito que daría como ganador al NO. A las nueve o diez de la noche, en medio de una llamada, se planteó la necesidad de responder a la situación política del país. En un contexto de estruendo, de un fuerte movimiento de las placas tectónicas del pecho y la barriga de cada uno de los colombianos, decidimos participar utilizando a la palabra como instrumento. Logramos varias cosas, algunas cosas, pero no supimos mantenernos, no supimos ser constantes. Colombia, en el 2016, fue una olla a presión. Con el paso de los meses, de los años, el aire que había logrado salir se fue extinguiendo. Todas las fuertes emociones se anestesiaron.
Dentro de Reaccionemos por la paz que fue, en un primer momento, el título que le pusimos a este propósito, nos fuimos quedando sin herramientas. Reaccionar significa el brusco movimiento de todo nuestro cuerpo, tanto mental como físicamente, ante la presencia súbita de alguna amenaza, también de alguna oportunidad. Sin embargo, reaccionar es fugaz. Una reacción perece con facilidad. Una reacción es un grito, y los gritos se apagan.
No es reacción lo que les proponemos ahora, las condiciones materiales son muy diferentes a lo que fueron en 2016. Nos encontramos, todos, al frente de un terreno vacío donde se anuncia una mega construcción en letras mayúsculas: COLOMBIA. El temblor que destruyó la casa que antes había en esa tierra ya terminó. Dentro de ese terreno peligroso, ese terreno donde se quiere construir una sociedad que deje atrás galones de sangre, una sociedad que quiere vivir en paz, camina este proyecto, precisamente, Pazo a Pazo.
Una sociedad es un entramado de prácticas culturales y discursos que se entremezclan, se enfrentan, se hieren, se mantienen o se esfuman. La guerra quiere trasladarse al debate público. Hablar por hablar es disparar al aire. No necesitamos más disparos. Perpetuar la guerra significa no cuidar la palabra, no cuidar lo que se dice, no pensar en lo que se dice, en el alcance de lo que se enuncia. Hablar por hablar, repetir lo que otros han repetido, hiere profundamente al propósito de darle forma a una nueva sociedad, a una nueva cultura que no sea la de la violencia.
En Pazo a Pazo, los objetivos son claros: queremos ser un espacio de debate y expresión de opiniones políticas informadas. Todas las posiciones políticas son bienvenidas siempre que se defiendan con argumentos, no con manotazos en la mesa. Una sociedad en paz es una sociedad donde la diferencia convive, donde la diversidad y lo heterogéneo no se ve arrinconado por una sola voz, por una sola boca. La construcción que se anuncia en letras mayúsculas y reflectores no puede ser guiada y direccionada por un solo partido, por una sola visión del mundo.
El papel de los jóvenes es fundamental. Nosotros, los que creemos en este proyecto, somos jóvenes. Sobre nuestros hombros reposa la responsabilidad de repensar un montón de prácticas que solo han conducido a una serie de injusticias que han dejado a varios por fuera, también a una cantidad innombrable de niños, mujeres y hombres muertos. La violencia de género, la falta de un modelo de desarrollo sostenible y una mala repartición de las tierras, la corrupción, la evasión de impuestos por parte de los grandes capitales, el asesinato selectivo de líderes sociales, la poca asiduidad y compromiso en la sustitución de cultivos, el pésimo acceso a educación y salud, el pésimo servicio de educación y salud, son, entre otros, los problemas estructurales que nos desgarran como comunidad. Todos los cambios son teóricos y prácticos. Las palabras dirigen los pensamientos, los pensamientos dirigen las acciones. Si compartimos ideas informadas, construimos opiniones aterrizadas en la realidad, conscientes de su entorno y de su magnitud, capaces de generar acciones concretas.
Este artículo que nos presenta, también es una invitación a que escriban y debatan. Tenemos un correo habilitado para recibir sus opiniones. Nuestras plataformas para compartir sus opiniones son Twitter: @PazoPazoapazo, y Facebook: Reaccionemos por la Paz. Los invitamos a seguir este portal de opinión de jóvenes y a compartir sus ideas para construir una sociedad reflexiva pluralista.
Lucas Marín Llanes - Estudiante de Economía
David Santiago Mena Luengas - Estudiante de Filosofía
Dentro de Reaccionemos por la paz que fue, en un primer momento, el título que le pusimos a este propósito, nos fuimos quedando sin herramientas. Reaccionar significa el brusco movimiento de todo nuestro cuerpo, tanto mental como físicamente, ante la presencia súbita de alguna amenaza, también de alguna oportunidad. Sin embargo, reaccionar es fugaz. Una reacción perece con facilidad. Una reacción es un grito, y los gritos se apagan.
No es reacción lo que les proponemos ahora, las condiciones materiales son muy diferentes a lo que fueron en 2016. Nos encontramos, todos, al frente de un terreno vacío donde se anuncia una mega construcción en letras mayúsculas: COLOMBIA. El temblor que destruyó la casa que antes había en esa tierra ya terminó. Dentro de ese terreno peligroso, ese terreno donde se quiere construir una sociedad que deje atrás galones de sangre, una sociedad que quiere vivir en paz, camina este proyecto, precisamente, Pazo a Pazo.
Una sociedad es un entramado de prácticas culturales y discursos que se entremezclan, se enfrentan, se hieren, se mantienen o se esfuman. La guerra quiere trasladarse al debate público. Hablar por hablar es disparar al aire. No necesitamos más disparos. Perpetuar la guerra significa no cuidar la palabra, no cuidar lo que se dice, no pensar en lo que se dice, en el alcance de lo que se enuncia. Hablar por hablar, repetir lo que otros han repetido, hiere profundamente al propósito de darle forma a una nueva sociedad, a una nueva cultura que no sea la de la violencia.
En Pazo a Pazo, los objetivos son claros: queremos ser un espacio de debate y expresión de opiniones políticas informadas. Todas las posiciones políticas son bienvenidas siempre que se defiendan con argumentos, no con manotazos en la mesa. Una sociedad en paz es una sociedad donde la diferencia convive, donde la diversidad y lo heterogéneo no se ve arrinconado por una sola voz, por una sola boca. La construcción que se anuncia en letras mayúsculas y reflectores no puede ser guiada y direccionada por un solo partido, por una sola visión del mundo.
El papel de los jóvenes es fundamental. Nosotros, los que creemos en este proyecto, somos jóvenes. Sobre nuestros hombros reposa la responsabilidad de repensar un montón de prácticas que solo han conducido a una serie de injusticias que han dejado a varios por fuera, también a una cantidad innombrable de niños, mujeres y hombres muertos. La violencia de género, la falta de un modelo de desarrollo sostenible y una mala repartición de las tierras, la corrupción, la evasión de impuestos por parte de los grandes capitales, el asesinato selectivo de líderes sociales, la poca asiduidad y compromiso en la sustitución de cultivos, el pésimo acceso a educación y salud, el pésimo servicio de educación y salud, son, entre otros, los problemas estructurales que nos desgarran como comunidad. Todos los cambios son teóricos y prácticos. Las palabras dirigen los pensamientos, los pensamientos dirigen las acciones. Si compartimos ideas informadas, construimos opiniones aterrizadas en la realidad, conscientes de su entorno y de su magnitud, capaces de generar acciones concretas.
Este artículo que nos presenta, también es una invitación a que escriban y debatan. Tenemos un correo habilitado para recibir sus opiniones. Nuestras plataformas para compartir sus opiniones son Twitter: @PazoPazoapazo, y Facebook: Reaccionemos por la Paz. Los invitamos a seguir este portal de opinión de jóvenes y a compartir sus ideas para construir una sociedad reflexiva pluralista.
Lucas Marín Llanes - Estudiante de Economía
David Santiago Mena Luengas - Estudiante de Filosofía